¡Hola!
Las vacaciones en Sao Miguel poco a poco van llegando a su final, y tras haber recorrido estos días atrás las partes oriental y central de la isla, hoy y mañana toca recorrer la parte occidental.
Comenzó el día saliendo de Ribeira Grande hacia el área llamada Caldeira Velha, que no es más que una cascada de agua sulfurosa procedente del cercano volcán que llena la Lagoa do Fogo. El complejo está bien explotado por parte de las autoridades, y por 8 € (y un máximo de 2 horas de estancia), puedes recorrer los 500 metros de paseo por la selva y bañarte en los tres estanques acondicionados. Uno de ellos estaba muy caliente para mi gusto, y otro rozando ser agua fría... Pero bueno, la experiencia fue buena en general.
Por cierto, la foto del charco principal del complejo, es idílica, ¿verdad?
Después, para continuar la ruta que me había trazado, me acerqué a la localidad de Rabo de Peixe, aunque allí no vi nada reseñable que fotografiar, por lo que continué mi camino hasta llegar a Calhetas, pueblo en el que paré para tomar unas pocas fotos de un mirador.
Tras esta parada, en el siguiente pueblo, Capelas, me entretuve un poco más, ya que encontré varios miradores que tenían, cada uno a su modo, un encanto particular.
Continué por la carretera que discurre paralela a la costa noroccidental de la isla, y llegué a un pueblo de pescadores llamado Mosteiros, donde paré para comer, y, antes de continuar, visité un mirador desde el que se observaba este pequeño pueblo con sus cuatro islotes cercanos a la costa.
Tras llegar al pueblo de Várzea, donde dormiré hoy, fui a ver la cercana Ponta da Ferraria, que es un complejo de aguas termales. Ya había tenido suficiente baño por hoy, así que solo saqué unas pocas fotos del lugar, y me fui a dar una vuelta por los alrededores...
Y así fue como llegué al último destino, el más ansiado del viaje: Sete Cidades. Hoy, en principio no iba a visitar la caldera más famosa de Azores... pero claro, teniendo un poco de tiempo por la tarde no me pude resistir. Mañana recorreré las laderas del volcán a pie, pero como aperitivo esta tarde he recorrido con el coche (hasta que me he encontrado con una niebla tan densa que no dejaba ver nada) varios de los miradores que se encuentran a pie de carretera. La pena es que, pese a que hoy ha lucido el sol durante todo el día, justo cuando llegué a Sete Cidades se nubló... incluso ha llovido una vez se ha hecho de noche.
Y, por hoy, nada más... Mañana será el último día del viaje, ya que el viernes lo emplearé íntegramente en volver a Madrid.
Gracias a todas las que me leéis, de verdad. ¡Hasta mañana!
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