lunes, 22 de mayo de 2017

El caso es fotografiar, con lo que tengas más a mano

Hoy retomo el blog, porque no quiero que se muera... Este es un blog sobre fotografía, y desde que vine de Filipinas no he tocado la cámara, así que difícilmente iba a poner contenidos nuevos, a no ser que diera vueltas sobre el viaje.

Pero se me ha ocurrido que, aunque no haya hecho ninguna foto con la cámara réflex, sí que he hecho alguna con el móvil. Si habéis seguido este blog durante el viaje a Filipinas, sabréis que mi móvil quedó bastante inservible a la vuelta, así que tuve que comprar uno nuevo. Me gustó la marca BQ (el viejo era de esta firma), así que decidí confiar de nuevo en esta casa y compré el último modelo que han sacado al mercado, el BQ Aquaris X.

Es un móvil de gama media, así que la cámara no es lo mejor que hay en el mercado, pero se defiende bastante bien.

Este pasado sábado estuve en un festival de música en Madrid (Festival Tomavistas), y pude comprobar la calidad de la cámara del móvil en circunstancias algo complicadas para este tipo de lentes: fotos nocturnas con gran contraste de luz entre el escenario (muy luminoso) y el fondo (totalmente oscuro). Me sorprendió poder captar esta imagen (que no ha sufrido ningún procesado, es tal cual se obtuvo al disparar):


Hay mucha gente que aborrece la fotografía con móviles. Mi opinión personal es que es tan válida como la fotografía con una cámara réflex; a fin de cuentas, lo que importa es la composición, el encuadre y la sensación que transmita la foto, ¿no?

Por cierto, el grupo de la foto es "The Temples", y los escuché por primera vez en ese concierto y me gustaron.

jueves, 4 de mayo de 2017

¿Cómo planificar un viaje a Filipinas?

Como puse el otro día, quería escribir sobre cómo fue el proceso de organización del viaje. Al principio no quería escribir sobre esto, pero creo que puede resultar útil, ya que nuestro viaje salió bastante bien...

Es decir, visitamos muchos lugares, escogimos bien los desplazamientos y alojamientos y, en definitiva, exprimimos bastante bien los días que teníamos.

Desde luego esto no pretende ser un "qué ver en Filipinas en 16 días", ni mucho menos... más que nada porque ignoro si nos habremos dejado por visitar lugares mejores que los que hemos visitado. Simplemente es un post sobre cómo hemos organizado un viaje de 16 días por Filipinas, aprovechando bastante bien el tiempo.

Si se le puede poner un pero al viaje es, quizás, el gran número de desplazamientos... pero si se quiere abarcar mucho territorio en poco tiempo es algo inevitable.

Como recomendación general, también me gustaría decir que hay que aprovechar al máximo las horas de sol. En Filipinas amanece muy temprano, y rápidamente hace mucho calor. Además, en cuanto se va el Sol (y se va pronto) no hay mucho que hacer.

En esta época del año en que hemos ido, las horas de Sol iban desde las 6 de la mañana hasta las 7 de la tarde aproximadamente, por tanto esas 13 horas hay que aprovecharlas, y para ello es necesario madrugar mucho y acostarse temprano. Si está leyendo esto alguien con intención de ir a Filipinas, debería tenerlo muy en cuenta.

Sobre la climatología, hemos ido al final de la estación seca. Hemos visto llover un par de días y solo durante un rato, así que ha estado bien. Si vais a ir en el verano español es probable que os toque lluvia todo el día... Y dicen que cuando llueve, llueve bien.

Nuestro plan de viaje, actualizado con lo que hicimos al final, fue este:

Lo de visitar Shanghái durante la escala que hicimos allí fue una locura. Nos salió bien, pero igual podría habernos salido mal... Yo pasé bastante stress, y no sé si lo repetiría. Podéis leer la entrada que hice sobre la escala en Shanghái aquí.

Hay que tener en cuenta también que tuvimos bastante suerte con los vuelos internos que hicimos, ya que no sufrimos ni retrasos ni cancelaciones. Por ejemplo, el día 17 lo usamos íntegro para viajar, pero si el vuelo de Caticlán a Cebú hubiera sufrido un retraso de, por ejemplo 1 o 2 horas, ya no podríamos haber llegado a Bohol ese día, porque habríamos perdido el último ferry.

El resto de desplazamientos que hicimos creo que iban bien ajustados de tiempo con la conexión siguiente. Si tuviera que volver a planificar un viaje a Filipinas no haría lo del día 17 de esa manera.

Nosotros llevamos todo comprado y pagado desde España (me refiero a vuelos internos y alojamientos). Mi forma de ser me dice que es mejor así... pero se puede ir perfectamente "a la aventura", sobre todo en lo que se refiere a alojamientos. Desde luego que llevar los hostales reservados desde España hizo que nos saliera algo más caro, pero aun así sólo nos gastamos en alojamiento alrededor de 190€, con desayunos incluidos en la mayoría de los sitios.

Sobre cómo elegir a dónde ir y qué ver, el trabajo de investigación consistió en leer muchos blogs y buscar información en internet, así como leer la guía Lonely Planet. También hicimos una entrevista con una amiga de Maida que había estado en Filipinas en enero y nos contó su experiencia. Los principales blogs que leímos y nos inspiraron fueron estos:


Seguro que de ahí sacáis mejor información que la que os pueda poner yo. :-)

Cuando teníamos más o menos claro qué visitar, lo primero que hicimos fue buscar vuelos internos para desplazarnos entre las islas. En este caso, mejor que buscar en Skyscanner y similares (no iban muy bien para estos desplazamientos) yo me entretuve en buscar los aeropuertos de cada isla y las compañías que operaban en cada una, para visitar posteriormente las páginas webs de estas compañías y elegir los vuelos que más nos convenían por precio y horario.

Los vuelos internos que hicimos fueron estos cuatro:

  • Manila - Caticlán (Boracay) con AirAsia (125€ los dos, con equipaje facturado)
  • Caticlán (Boracay) - Cebú con CebuPacific (171€ los dos, con equipaje facturado)
  • Cebú - El Nido con AirSwift (287€ los dos, con equipaje facturado)
  • Puerto Princesa - Manila con AirAsia (171€ los dos, con equipaje facturado)

Los vuelos fueron bien, sin retrasos ni complicaciones. AirSwift nos trató muy bien dándonos un almuerzo. Los aviones de AirAsia y CebuPacific eran los típicos AirBus A320 y A321 que usamos en Europa, si bien eran bastante viejos... Cuando volamos con AirSwift lo hicimos en un avión turbohélice, que, no obstante, parecía bastante moderno.

Por otro lado, en cuanto al ferry entre Cebú y Tagbilarán, yo aconsejo hacer el trayecto con OceanJet, que tienen barcos modernos y son bastante puntuales.

En lo referente a los desplazamientos por carretera... Hemos probado las "van" (furgonetas) y autobuses normales. Los autobuses normales son más baratos, pero pueden ser más lentos. Las furgonetas pueden llegar a ser muy incómodas porque se mete mucha gente. Para ir de El Nido a Port Barton y de Port Barton a Puerto Princesa no queda más remedio que ir en furgoneta. El resto de furgonetas que cogimos, si tuviera que volver a hacer el viaje, las cambiaría por autobuses.

Otro día escribiré sobre los alojamientos, por si nuestra experiencia os puede servir de algo...

lunes, 1 de mayo de 2017

Se acabó el viaje a Filipinas: retorno a Madrid

La mañana en Port Barton era calurosa, mucho... Nos levantamos, duchamos e hicimos la maleta, la última vez que la haríamos en este viaje.

Todavía quedaban un par de horas para que la furgoneta que nos trasladaría a Puerto Princesa saliera, así que nos dio tiempo de sobra de desayunar y de estar un último rato en la playa.

Después, comenzó la vorágine del viaje de vuelta. Muchas horas, mucho cansancio.

La furgoneta entre Port Barton y Puerto Princesa tardó unas cuatro horas en completar el trayecto. De nuevo nos tocó viajar hacinados como sardinas en lata: unas 15 personas en una furgoneta no muy grande. Íbamos en la parte trasera y a mí el equipaje de los 15 se me venía encima en cada curva. No fue un viaje muy agradable que digamos, aunque lo peor, bajo mi punto de vista, estaba por llegar.

En Puerto Princesa, nos bajamos justo en el aeropuerto, y directamente entramos. Este es, sin lugar a dudas, el peor aeropuerto en el que haya estado jamás. No es sólo por lo sucio, sino por el tamaño pequeño, la ausencia de monitores, la inmensa cantidad de gente que había en tan poco espacio, sin aire acondicionado. Y, además, el sistema de facturación y embarque: las tres o cuatro únicas compañías que operan en ese aeropuerto tienen un mostrador de facturación al que debes ir, aunque no factures, para obtener tu tarjeta de embarque. Esa es la primera cola que hay que seguir. Luego, una vez logras la tarjeta de embarque, hay que ir al mostrador de tasas del aeropuerto; sí, en este aeropuerto las tasas no están incluidas en el billete (como hacemos en el resto del mundo civilizado), sino que cada pasajero ha de pagarlas de forma individual. No contábamos con ese gasto, así que ahí gastamos los últimos pesos que nos quedaban. De milagro tuvimos justo para pagar eso, porque si no hubiéramos tenido, no sé qué solución habríamos podido obtener, ya que ni había cajeros automáticos ni posibilidad de pagar con tarjetas. La suerte volvió a aliarse con nosotros y pudimos pagar la tasa.

Lo peor de todo estaba después de las tasas: la cola para pasar el control de seguridad y acceder a la puerta de embarque. Al principio era una cola, pero la única puerta era muy estrecha y hacia el final se hacía un embudo de gente. Todo el mundo queriendo colarse, todo el mundo empujándose, y cada vez hacía más calor. En ese punto me enfadé de verdad e incluso llegué blasfemar e insultar en voz alta... bueno, no creo que me entendiera nadie.

Pasado el agobio, nuestro vuelo hacia Manila salió puntual y sin ningún contratiempo llegamos a la capital filipina unos minutos antes de lo previsto. Allí en Manila deberíamos pasar 8 horas en el aeropuerto. Como nos habíamos quedado sin dinero, para poder cenar algo tuvimos que sacar en un cajero automático, pero no tuvimos ninguna complicación. Hicimos la espera, y embarcamos hacia Shanghái a la hora prevista, si bien despegamos con un poco de retraso. Ese vuelo lo hicimos dormidos: eran las 5:30 de la mañana al despegar y no habíamos dormido nada esa noche.

En Shanghái la escala era corta: 4 horas, pero entre que aterrizamos, pudimos salir y buscamos nuestra puerta casi habíamos hecho la mitad del tiempo. El vuelo hacia Madrid partía con normalidad a la hora programada, 12:20 hora local de Shanghái, 6:20 de la mañana en Madrid.

Y en vuelo estuvimos el resto del día. Mi asiento no funcionaba bien a la hora de recostarlo y no estuve demasiado cómodo en todo el viaje. Además, mi teléfono móvil no aguantó el viaje entero y había muerto unas horas antes... Lo pude revivir durante el vuelo, aunque ya no podré usarlo más. Una pena, porque este teléfono realmente me gustaba.

A las 20:20 del domingo nuestro avión tomaba tierra en Madrid. A las 22:00 llegaba a mi casa, finalizando estas vacaciones.

Este iba a ser el único post sin fotos, ya que no hice ninguna foto en todo el periodo que he narrado. Pero sí que voy a poner una, y no una cualquiera, es una de las fotos que perdí en Malapascua cuando formateé por error la tarjeta de memoria de la cámara. Porque sí, finalmente esta mañana he podido recuperar todas las fotos que había en esa tarjeta.

Playa del norte de Malapascua, rescatada de la tarjeta de la cámara

En los próximos días quiero seguir escribiendo sobre el viaje para comentar cómo se planificó, en qué lugares nos alojamos y qué nos parecieron cada uno de ellos y para dar mi opinión personal sobre algunos aspectos, como por ejemplo valorar mi equipaje fotográfico, por si a alguien le pudiera ser de utilidad mi experiencia.