miércoles, 15 de enero de 2025

Tenerife 2024, día 5 (3/XII/24): Los Cristianos y Punta de Teno

Me desperté temprano, y como el plan de hoy era más improvisado que otra cosa, antes de salir barrí y fregué el apartamento.

Después puse rumbo a Los Cristianos. Ciudad horrible: bloques de apartamentos feos, tiendas de baratijas junto a la playa y mucho chiringuito. La playa es más bien fea. Y, para colmo, llenísimo de turistas. ¿Por qué?

Tras ver este panorama supe de inmediato que en ese sitio no podía quedarme mucho.


Encontré la solución en el puerto: una excursión para avistar ballenas, que duraba dos horas y costaba 20€.

La travesía en barco estuvo bien: vimos ballenas y delfines, aunque no estuve muy diestro a la hora de fotografiarlas. Al final me terminé mareando un poco... Nunca me había pasado.

Antes de desembarcar, nos dejaron darnos un baño, que disfruté mucho.










Después del barco decidí ir a comer a un sitio que me había recomendado mi colega Diego: Restaurante Playa Tajao, a una media hora de Los Cristianos.

Cuando llegué ya se me había pasado el mareo y tenía mucho hambre, así que me di un pequeño homenaje. Estuvo realmente bien.


Mientras comía hablaba por Whatsapp con mi hermana, que me comentó que el Faro de Punta de Teno le había gustado mucho a mi sobrina. Miré el mapa, y aunque estaba lejos, no me suponía demasiado desvío del camino a casa, y, además, estaba previsto visitarlo otro día, por lo que podía improvisar ir hoy.

Eso hice: tras comer puse rumbo al Faro de Punta de Teno, al que se tardaba hora y media aproximadamente.



Del viaje en carretera quiero destacar la estrecha, peligrosa, divertida y con extraordinarias vistas carretera que desciende hasta "Tierra de trigo". Fueron sólo 3Km., pero qué maravilla.

Después, cuando quedaban sólo unos 6Km. para el faro me encontré la carretera cortada... Sólo se podía llegar en autobús o taxi. Como el bus estaba a punto de llegar, me subí sin dudarlo.

La carretera hasta el faro destapó mi vértigo, pero qué preciosidad... Y, el faro y alrededores tenían unas vistas espectaculares. ¡Qué acierto ir a aquel lugar!






Después, vuelta en bus por esa misma carretera, y, ya a punto de anochecer, rumbo a casa, previa parada en un Lidl para hacer compra.

Mañana toca ver otro de esos sitios icónicos: Los Gigantes.


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