Por la noche, un paseo y una cena; no había tiempo para más aquel día.
La mañana y primeras horas de la tarde del día 11 de octubre las dedicamos a recorrer las calles sorrentinas. Corso Italia, Vallone dei Mulini, la catedral, Marina Grande y, finalmente, Marina Piccola fueron las paradas obligatorias de aquel día, mientras andábamos por las encaladas callejuelas llenas de tiendas de Sorrento.
Tras la comida, tocaba tomar un ferry que nos llevara a la cercana isla de Capri.
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