viernes, 8 de octubre de 2021

Dolomitas 2021: Jornada 3

 Hola a todas de nuevo:


Continúo con la narración del viaje, para toda aquella persona que esté interesada.


La tercera jornada de viaje era la que teníamos elegida y planificada para realizar una de las rutas de senderismo más icónica de los Dolomitas: rodear las archiconocidas y archipresentes en las tiendas de recuerdos tres cimas de Lavaredo (Tre Cime di Lavaredo en italiano).


Estos tres picos, cuyos nombres son Cima Piccola, Cima Grande y Cima Ovest (pico pequeño, grande y occidental), están integrados en una única formación rocosa y constituyen uno de los lugares más reconocibles y visitados de los Dolomitas.


Para acceder a esta ruta, tuvimos que ir desde Cortina d'Ampezzo, donde habíamos pasado la noche, hasta el Refugio Auronzo. Y para acceder a este refugio, hay que pagar unos 30€ (precio por vehículo) para subir los últimos 5 Km. de carretera. Existe la opción de subir a pie, pero creo que no es demasiado recomendable, dada la pendiente y naturaleza del terreno. A mí me recordó al trayecto de carretera que hay en Lagos de Covadonga, para subir desde la capilla hasta los lagos propiamente dichos.


Una vez en Refugio Auronzo, comenzamos a andar. Por delante quedaban unos 11Km, en los que íbamos a tener subidas y bajadas. Un auténtico rompepiernas que nos dejó bastante cansados.


Primero, fuimos hasta el Refugio di Lavaredo. Allí teníamos varias opciones: hacer la ruta más larga, rodeando el Monte Paterno, o acortar yendo directamente hasta Refugio Locatelli.


Vimos que la mayoría de la gente optaba por esta opción, y en vista de que no sabíamos qué tipo de camino nos íbamos a encontrar por el otro lado, decidimos seguir al resto de paseantes.

Vistas que teníamos entre Refugio Auronzo y Refugio di Lavaredo

Más vistas que nos acompañaban al inicio del camino


Tras una primera subida para ir haciendo piernas, llegamos a Forcella Lavaredo (literalmente, "Tenedor Lavaredo"). Allí tomé esta foto panorámica que, a la postre, se ha convertido en una de mis fotos preferidas de todo el viaje:


En este punto, también hice otra fotografía que me gusta bastante. Y es que, en general, las fotos en las que hay cruces de camino me suelen gustar mucho...



Continuamos por el sendero que nos llevaba al Refugio Locatelli, y mientras caminábamos, las tres cimas nos iban haciendo compañía, aunque ya podíamos ver, a lo lejos, el Refugio.



Según andábamos, vimos que había un camino paralelo al nuestro que transcurría un poco más arriba de la ladera del Monte Paterno por la que nos movíamos. Y, más adelante, constatamos que por ese camino se accedía a unas pequeñas cuevas o grutas. Viendo que ahí podíamos obtener unas imágenes más interesantes aún, Maida y yo subimos por la empinada ladera para acceder al camino que llevaba a las grutas, y allí pudimos obtener unas cuantas bellas fotografías.


Un pequeño descanso, con grandes vistas



Después de esta parada, el Refugio Locatelli ya estaba ahí mismo.


Según llegábamos al refugio, un camino se unía al nuestro por la derecha: es el camino que hubiéramos seguido si hubiéramos hecho la ruta larga que rodeaba el monte Paterno. En ese camino se podían ver dos pequeños lagos, cuyo nombre conjunto es Laghi dei Piani (Lagos de las Llanuras). Os voy a mostrar un par de fotos realizadas ahí...



Después de la parada en el refugio, debíamos continuar, pero justo cuando nos poníamos en marcha, nos dimos cuenta de que había, un poco más arriba, otras cuevas desde las que presumíamos (y con razón) que podríamos obtener más bellas imágenes, así como alguna foto muy deseada, vista en redes sociales mientras preparábamos el viaje...








Aunque, sin duda, la foto panorámica que se podía obtener desde este punto alto, es simplemente espectacular. En ella vemos el Monte Paterno, el Refugio Locatelli y las Tres Cimas.



Después de esta parada, y con la omnipresente mirada de las Tres Cimas, comenzamos un pronunciado descenso al valle...



El descenso había sido muy largo y pronunciado... Así que, una vez abajo, tocaría subir de nuevo para poder terminar la ruta y llegar al punto de partida en el Refugio Auronzo.







Habíamos terminado la ruta, y era justo la hora de comer, por lo que allí mismo nos comimos unos bocadillos que llevábamos preparados, y nos dispusimos a aprovechar lo que quedaba de tarde, haciendo alguna que otra parada de camino a Dobbiaco (Toblach en alemán), que sería el pueblo donde pasaríamos esa noche.

La primera de estas paradas fue el Lago di Landro.


Y, muy cerca de allí, el Lago di Dobbiaco.


Muy cansados ya por todo lo andado ese día, en la localidad destino nos dedicamos a dar un pequeño paseo, tomar una bien merecida cerveza, cenar y descansar para el día siguiente...

Pero eso ya lo narraré en la próxima entrada que escriba.

Gracias por leerme.

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