Como dije en la entrada anterior, al final del primer día, mis compañeros continuaron su viaje, y yo me quedé en la localidad de Merced. La idea era que a primera hora del día siguiente recogiera un coche de alquiler, y volver a Yosemite. Y eso hice: la oficina abría a las 7:00, y yo ya estaba allí a las 6:45.
Había elegido un sórdido motel de carretera a escasos 300 metros de la oficina, para perder el menor tiempo posible, ya que el desplazamiento hasta el parque llevaba unas dos horas.
Sin más contratiempos, recogí mi coche para los próximos tres días y puse rumbo a Yosemite. Sobre las 9:30 de la mañana ya había logrado aparcar (estuve un buen rato buscando aparcamiento en Yosemite Village), y me disponía a realizar varias excursiones a otros lugares del parque que en el día anterior no pude ver. Comencé a caminar teniendo estas impresionantes vistas a pie de carretera:
"Half Dome" al fondo, observando |
Mi primer objetivo era visitar un lago llamado "Mirror Lake". Había visto fotos del lugar, y tenía pinta de ser un sitio paradisiaco... Como su nombre indica, esperaba encontrarme un espejo natural (si buscáis fotos, así es)... pero claro, no contaba con que era finales de verano y verano seco, además. Así que nada de "Lake" y menos de "Mirror"... ¡Qué le vamos a hacer! Otra excusa más para volver a Yosemite, en primavera, por ejemplo... ¿Alguien se anima a acompañarme en un futuro?
Bueno, para que veáis lo que me encontré en el lugar donde debería haber estado un espejo natural, os pongo esta foto:
Poco "Lake", nada "Mirror" |
Después de este pequeño chasco, me decidí a visitar "Vernal Fall". Para ello tenía que recorrer primero un bonito sendero que discurría paralelo a la carretera del parque hasta un lugar conocido como "Happy Isles". No sé la razón del nombre: no vi ninguna isla, y el punto marcado como tal sólo consistía en un puente de piedra, que además, estaba en obras. No merecía ni sacar fotos. Eso sí, el camino hasta llegar allí sí que era bastante bonito, juzgad vosotros:
A partir de "Happy Isles", la excursión se volvía un poco más técnica, pero bastante asumible. Sendero de piedra primero, a la vera del río Merced, y después una subida de bastante pendiente, en un camino de piedra caliza que, a las horas que estaba yo subiendo, y habiendo un cielo muy despejado, te hacía sudar la gota gorda. Eso sí, las vistas eran impresionantes:
El sendero a la vera del Merced tenía lugares tan paradisíacos como este |
Vistas durante la subida a la catarata Vernal |
Y, por fin, tras la subida, llegué a la catarata Vernal. A pesar de que llevaba poco caudal, te quedas sin habla al verla. Si recordáis las fotos que puse en la primera de las entradas dedicadas a Yosemite, la catarata vista desde Glacier Point era algo minúsculo... Pero una vez llegas, descubres que es algo enorme. En la siguiente foto podéis ver a las personas que están cerca de la caída del agua, para que apreciéis la escala:
Primer contacto con la catarata Vernal... se aprecian sus dimensiones al compararlas con las personas que están al fondo |
Llegados a este punto, continué hasta el punto en el que veis personas en la foto anterior. Desde allí tomé algunas fotos muy chulas, tanto de la cascada completa (en formato panorámico vertical) como del arco iris que se forma en la base de la misma:
Querría haber subido al charco Esmeralda (que es el que se encuentra justo encima de la cascada, y del que sale el agua que vemos caer) y a la carata Nevada... pero miré lo que podría tardar, y no tenía tiempo material. No pasaba nada, hay mucho Yosemite que ver...
Así pues, comencé el descenso, no sin antes tomar algunas fotografías de unas simpáticas ardillas (en Yosemite había muchas, y muy fotogénicas):
Al llegar a la base de "Happy Isles", aproveché para comer unos sandwiches, pues ya se hacía tarde... Y, si durante la subida el cielo había estado prácticamente limpio de nubes, de repente empezaron a llegar amenazantes nubes negras. Por eso terminé rápido mi tentempié y me dispuse a dar un paseo por los alrededores de Curry Village, que se encontraba algo más cerca del punto donde había aparcado el coche por la mañana.
De este paseo, os voy a poner tres fotografías más; las últimas de este repaso fotográfico a un lugar tan especial como este:
Cuando llegué al coche, eran las tres y media de la tarde, y estaba lloviendo mucho... Poco podía hacer con ese tiempo. Así que con un poco de tristeza y frustración me encaminé al hotel donde dormiría esa noche en el pueblecito de "Fish Camp", a algo más de una hora de donde me encontraba.
Como colofón a este par de entradas de Yosemite, sólo decir que me encantó, que para ver el parque en profundidad serían necesarios muchos días, y que, por lo que he podido leer y ver, existen muchísmos otros puntos dignos de cualquier postal que no tuve la oportunidad de ver con mis propios ojos. Sin duda, este sitio queda guardado en mi lista de lugares del mundo a los que quiero volver en algún momento de mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se pueden realizar comentarios, pero serán moderados por el autor del blog, y, según su criterio personal, serán mostrados al público o no.