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Imagen generada por la IA DALL-E 3 |
¡Hola a todas!
Me he decidido a contar por aquí lo que me ha sucedido durante estas últimas semanas para que sirva de ayuda a otras personas a quienes les pueda ocurrir algo similar. Voy a contarlo con todo detalle, por lo que seguro que queda un texto largo, pero creo que es necesario, para intentar evitar que este tipo de cosas lleguen a terminar con inocentes estafados.
Lo primero: desconfiad siempre de "los duros a cuatro pesetas" (con este dicho pongo de manifiesto mi edad). Ojo, no digo que no valoréis vuestro trabajo, o vuestras capacidades, pero, asumidlo, si os ofrecen una cantidad que estimáis muy grande de dinero por algo que no creéis que vale tanto, es más probable que sea un intento de estafa que un legítimo intercambio de bienes y servicios.
Dicho esto, os voy a relatar lo sucedido:
Creo que si leéis este blog a menudo o me conocéis, sabéis que principalmente publico mis fotografías en la red "Flickr". Pues bien, hace unos días apareció un comentario en una de mis fotos de una tal "Helen Stary" en el que me venía a decir que le gustaban muchos mis fotos y que si estaba interesado en una colaboración comercial con su revista "Dynamic Photographer Magazine" (DPM de aquí en adelante), me pusiera en contacto con la secretaria de dicha publicación bien vía e-mail, bien vía Telegram (y puso un número de teléfono estadounidense).
Normalmente no hago caso a este tipo de cosas, pero ese día me entró curiosidad, y decidí ver a dónde me llevaba aquello, así que escribí por Telegram a la secretaria de DPM. Antes de escribirla, estuve mirando la página Web y las redes sociales de aquella publicación, y ya me empezó a extrañar el hecho de que llevará casi un año sin publicarse nada nuevo, pero, aun así, continué.
En mi conversación con la secretaria de DPM, ella me dijo que la colaboración consistiría en que yo seleccionaría 30 fotografías mías, y les cedería a ellos su uso con fines publicitarios durante un periodo de dos meses, y, a cambio, me pagarían una cantidad de dinero.
Después, me preguntó cuál era mi tarifa, y yo, a su vez, le solicité que me dijera ella a mí cuánto era el estándar que solían pagar ellos (la verdad es que yo no tengo ni idea de tarifas por este tipo de servicios, y quería ver si me interesaba vender mis imágenes).
Hasta aquí, bueno, me parecía bastante factible la cosa, porque bueno, no es que yo sea un profesional, pero mis fotos pueden resultar vistosas y gustar, así que bueno, si hay alguien dispuesto a pagar algo por ellas, perfecto. Pero claro, jamás se me habría ocurrido pensar que esta empresa estuviera dispuesta a pagarme tanto dinero: la secretaria de DPM me dijo que me pagarían ¡¡¡30.000$!!! (dólares americanos) por el uso de esas 30 fotos durante dos meses.
De primeras, la cifra me sorprendió mucho, pero bueno, como aún no me habían pedido ningún dato personal ni bancario, decidí seguir adelante, porque, en mi interior (¡Ay, cándido de mí!), albergaba la esperanza de que aquello fuera cierto.
Bien, una vez le dije que aquella tarifa estándar era buena para mí, el siguiente paso, me dijo, era que su jefe de edición evaluara mis imágenes, y, si pasaban ese filtro, formalizaríamos la transacción con la firma de un contrato y el posterior pago.
Me extrañó que las instrucciones fueran pasarle las fotos mediante un enlace de Google Drive a esta persona, y que el correo de contacto que me facilitó fuera una dirección de GMail y no una dirección corporativa. Por ello decidí hacer unas cuantas cosas para protegerme:
- Seleccioné 30 fotografías que ya estaban publicadas en distintas redes sociales desde hacía años. Las más modernas eran de finales de 2022, pero no había ninguna imagen inédita.
- Me creé una nueva cuenta de GMail, distinta a mi correo habitual.
- Con esa nueva cuenta, hice un Google Drive vacío, y subí la selección de 30 fotografías, pero no con la calidad original, sino reducidas de tamaño.
Con estas salvaguardas, escribí al correo que me había dado, incluyendo el enlace a mis fotografías. Un día después o así, esta persona me respondió diciendo que le daba el visto bueno a mis imágenes, y que se podía formalizar la relación comercial con la firma del contrato y el pago por el uso de las fotos. Unos minutos después de recibir este correo electrónico, me escribió de nuevo la secretaria de DPM por Telegram con una copia del contrato.
El contrato era muy sencillo, de apenas una cara de folio de longitud, y especificaba como dirección de la empresa un apartado de Correos en la localidad de Escondido, en California. Los términos eran los que me habían dicho en la conversación por Telegram, pero en el apartado del pago, decían que éste se realizaría mediante una transferencia desde una Swed Trust Account (ni idea de qué es exactamente, pero no me sonó demasiado bien). Y, abajo del todo, aparecían las firmas escaneadas de las tres personas que habían interactuado conmigo: la secretaria, el jefe de edición, y la persona que me contactó inicialmente en Flickr. Por último, había un hueco para mi nombre y mi firma.
Una vez leído este contrato, le pregunté a la secretaria que si el medio de pago se podía cambiar, para que se realizase mediante PayPal (evidentemente, yo no voy a darle a esta gente mi número de cuenta corriente), y ella me dijo que no había ningún problema, que en todo caso yo perdería algo de dinero por la comisión de PayPal, pero que a ellos les daba igual.
Bien, pues estando así las cosas, accedí a mi cuenta de PayPal y me creé un perfil comercial (básicamente, te otorga un enlace para que terceros te realicen pagos, distinto al enlace del perfil personal habitual). Una vez hecho esto, firmé el contrato (sin poner mi DNI, sólo mi nombre y un garabato escaneado) y les envié por e-mail el documento y el enlace de PayPal para que me pagasen por mis servicios.
Tras esto, hubo un silencio de tres días o así... Yo me abstuve de insistir, esperé pacientemente a que me dijeran algo, y así ocurrió: me escribió de nuevo la secretaria por Telegram para decirme que les disculpara por la espera, pero que habían tenido problemas para realizar la transferencia de dinero, al parecer, por algún supuesto inconveniente a la hora de mandar dinero a España desde USA (¿en serio, usando PayPal, que es una empresa americana?). Me pedía un poco más de tiempo para solucionar el supuesto problema, pero que no me preocupara, que yo no tenía que hacer nada más. A esto yo respondí que bien, que esperaría sin problema.
Me tuvieron esperando cuatro días, y al final me dijeron que la única forma de realizar el pago era a través de su plataforma "SWED TRUST BANK", donde me tenía que crear una cuenta para poder recibir ahí el dinero.
En ese momento ya decidí que esto no iba a ir a más, y así se lo hice saber a la persona que había estado hablando conmigo por Telegram.
Antes de terminar el relato, decir que otra cosa que me hizo pensar mal fue la hora a la que hablaba con esta persona: porque, si todo hubiera sido cierto, esta gente debería ser de California, y, con la diferencia horaria, sería un poco raro que estuvieran hablando conmigo de temas laborales en un horario de madrugada en su zona (hice cálculos, y en la mayoría de las ocasiones, las horas a las que contactaban conmigo se correspondían con la franja horaria de las 2-4 a.m. de California).
He de confesar que, aunque desde el principio sospeché que este asunto no era trigo limpio, también albergué esperanzas hasta el final de que sí que fuera real. Ese dinero me hubiera venido muy bien; no soy una persona especialmente ambiciosa en lo económico, pero bueno, con esa cantidad podría haber hecho ahora mismo algunas cosas para las que estoy ahorrando y para las que tardaré años en conseguir reunir la cantidad adecuada. ¡Incluso estuve pensando en cuánto tendría que pagar en impuestos de la cantidad, porque tenía claro que ese dinero sería declarado legalmente! En fin, que aunque tomé medidas para no ser estafado, piqué en el anzuelo y me ilusioné: en mi cabeza ya estaba haciendo múltiples planes.
Y bueno, esto ha sido todo; sólo recalcar que tengáis mucho cuidado, porque hay ladrones por todos lados intentando aprovecharse de la gente, y puede resultar fácil terminar cayendo en un engaño de este tipo.
Si tenéis curiosidad, os dejo por aquí la selección de fotografías que les facilité a esta gentuza, por si os apetece verlas.
¡Gracias por leerme!
Gracias por compartirlo. En todo caso, pusiste bastantes cortafuegos por si acaso.
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