Al igual que los campos españoles, mi creatividad está atravesando una etapa de sequía. Llevo una larga temporada en la que apenas cojo la cámara, y me obligo a ello muchas veces sin ganas, sólo para lograr obtener alguna imagen que publicar en Flickr.
Cuando me hice con mi primera réflex (la mítica D3300, que ya no está en mi haber), hace ya más de seis años, entré en una bonita rutina con algunos amigos: seleccionar dos fotos de cada mes, y hacer una publicación de esas 24 fotos al final del año. Esta tradición es la que me está salvando, de momento, ya que, aunque no tenga muchas ganas de hacer fotografías, me obligo a ello para tener algo que publicar al final del año.
En el pasado mes de enero, un par de días en mi casa y otros dos en Arenas constituyeron las únicas series fotográficas. 33 fotografías elegí para publicar, y, de ese modo, ya logré almacenar en la carpeta de mejores de 2022 las dos correspondientes al primer mes del año.
Y estamos casi a mitad de febrero, y aún no he sacado la cámara de su cajón este mes... ¿Lograré encontrar de nuevo las ganas y la motivación?
Quizás me haya vuelto demasiado exigente con mi trabajo: no veo progresión en la calidad de mis imágenes. Quizás sea que en los últimos tiempos no voy a sitios "nuevos", es decir, todos los lugares por los que me muevo ya los he fotografiado... Aunque sé que en anteriores ocasiones eso no era impedimento para lograr nuevas imágenes en las que lograr un enfoque original y novedoso. O quizás, probablemente, ocurra simplemente que esté atravesando por un pequeño valle y sólo necesite un nuevo impulso para dar renovadas alas a mi creatividad.
Hago un llamamiento a las musas, dondequiera que estén, para que acudan en mi auxilio más pronto que tarde.
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